Influencia fisiológica del olfato (Contiene vídeo)

La anatomía de la nariz del perro  tiene una orientación que permite ampliar el campo olfatorio. Al inspirar el aire, las moléculas olorosas se separa en dos corrientes: la primera va hacia los pulmones, como ocurre con todos los mamíferos, y una segunda corriente que se dirige al cerebro, en forma directa a las células olfatorias, mediante las cuales el reconocimiento de los olores por parte del perro se fija en forma de imagen olfativa.
De esta manera, cada uno de los olores es reconocido como signo de determinadas circunstancias, y cada vez que el animal vuelve a percibir un olor ya conocido, sabe exactamente a qué circunstancia corresponde.

La forma del cráneo y del hocico del perro van a ser influyentes en el olfato, de esta forma los perros braquicéfalos (cráneo redondo y hocico corto; anchura de cráneo= largo de cráneo, hocico incluido – perros de presa, molosos etc...–) y los dolicocéfalos (cráneo y hocico alargados – galgos, lebreles etc...–) tendrán menor olfato que los mesocéfalos (cráneo y hocico proporcionados, anchura de cráneo= ½ del largo de cráneo, hocico incluido) ya que las cavidades nasales muy cortas o muy largas impiden la correcta conducción de los efluvios odoríferos. Como en todo, hay excepciones que rompen esta regla general.






Olfato canino por raulespert