Bobby Greyfriar y la lealtad canina

A mediados del S XIX y durante 14 años, este terrier de Edimburgo, Escocia, permaneció sentado en la tumba de su amo John Gray y alrededores.

La leyenda del terrier se hizo tan famosa que las personas comenzaron a alimentarlo por la zona. "Bobby" continuó montando guardia hasta el día de su muerte, en 1872.

La baronesa Angela Georgina Burdett-Coutts, para quién la gesta del animal no quedó en el olvido, le pidió al artista William Brody una escultura de bronce. El 15 de noviembre de 1873 se inauguró el monumento casi a escondidas, ya que no hubo ninguna ceremonia. Lo emplazaron en la cuesta de Candlemakers.

Actualmente, la estatua de Booby se encuentra a las afueras de una bar de Edimburgo que lleva su nombre.A escasa distancia de la entrada principal del cementerio, y enfrente del Café Traills (que todavía existe bajo el nombre de Bobby's Bar).

El plato y el collar de Bobby se conservan en Hunt Hose Museum (un museo dedicado a la historia de Edimburgo)..De él se escribieron muchos libros. Se filmaron numerosas películas, y su vida traspasó fronteras, viajando de boca en boca, en revistas, sellos de correo y tarjetas postales.

En la actualidad rivaliza en fama con el Castillo de Edimbrugo. Ningún turista que visite la ciudad deja de fotografiarse con la escultura de Greyfriars Bobby.