Pautas generales para el Trastorno de Ansiedad por Separación (TAS)

(* Para conductas severas el animal debe ser observado por un profesional y aplicar pautas individualizadas)

¿Qué es la ansiedad por separación?

Sandin, (1997), define la ansiedad como la respuesta anticipatoria de una “amenaza”, que se caracteriza por sensaciones afectivas de nerviosismo, tensión y alarma, acompañadas de manifestaciones conductuales visibles y cambios fisiológicos asociados a hiperactivación del Sistema Nervioso Autónomo. Campell, (1986), la ansiedad constituye un mecanismo de protección ante las ausencias.

Kebana

En la actualidad la terapia más eficaz es la cognitivo-conductual.

Según el Manual de la American Psychiatric Association (2000) el TAS está clasificado como propio de la infancia humana, con lo cual deberemos tener la misma paciencia con el perro, ya que su comportamiento se puede asemejar al de un niño de 2 años.

¿Cómo reconocerla?

  • Conductas destructivas en la casa
  • Micciones/defecaciones
  • Ladridos/aullidos
  • En casos de TAS muy severa, automutilaciones (rabo, patas, eczema por lamidos continuados…)
No todo perro que presenta conductas destructivas, micciones o defecaciones y ladridos, sufren TAS, debemos descartar síntomas como aburrimiento o bajo ejercicio físico/mental diario, síntomas muy habituales en nuestros perros por el estresado ritmo laboral y la falta de tiempo para dedicarles. Tanto para la felicidad del animal como para tratar futuros problemas, el propietario siempre deberá disponer de tiempo libre diario para el perro.

Tratamiento Previo

Todos los miembros que conviven con el perro deberán seguir las pautas y disponer de una alta dosis de paciencia, nuestra mejor aliada, ya que no es un trastorno que pueda resolverse en unos pocos días. Cuanto antes se empiece a tratar, mejores resultados tendremos.

  • Trabajaremos que el perro aprenda a quedarse en su cama cuando se lo pedimos, enseñándolo con premios y caricias. Siempre utilizaremos la misma palabra para que entienda cuando debe irse a su cama. Así no fomentaremos el hiperapego, que puede desencadenar en un TAS

  • No interactuar con él en el momento de la partida: acariciándolo, hablándole con frases tipo: "Vuelvo muy rápido, sé bueno". Debemos ignorar las demandas de atención, para no reforzar así un comportamiento ansioso.

  • Cambiar nuestras rutinas al salir de casa: vestirse y calzarse, coger el abrigo y las llaves, cerrar puertas, etc. Todo esto lo hacemos siempre igual, una rutina que él asocia con la próxima soledad y que dispara la ansiedad con picos.emocionales de distinta intensidad. Es importante valorar qué acción le genera mayor nerviosismo y trabajaremos más la habituación a ella.

  • Fingir “falsas salidas”, para que compruebe que esas rutinas no siempre terminan en soledad prolongada: vestirnos y calzarnos sin salir, hacer salidas cortas (bajar la basura, o tan solo hasta el ascensor) incluso hacer estas salidas cortas sin cambiarnos la ropa, coger las llaves y abrir y cerrar la puerta sin marcharnos, o sentarnos en el sofá a ver la TV con las llaves en la mano.

  • Las “falsas salidas” irán aumentando en el tiempo de forma gradual, siempre evitando que el perro muestre signos de ansiedad cuando abrimos la puerta.

  • Es habitual que muchos perros presenten los primeros síntomas a los 20-30min de la marcha, en estos casos, el propietario condicionará las pautas en función del tiempo.

  • Nunca entrar en casa si escuchamos que llora o ladra, deberemos esperar a que se calme antes de hacerlo. Así evitaremos que aprenda que sus reclamos ”no deseados” son efectivos.

  • Al regresar y durante los primeros minutos deberemos ignorar al perro (esta actitud está sujeta a matices pero la presentaremos así de forma general), por mucho que nos cueste debemos ignorar sus saltos, efusividad o incitación al juego, cuando observemos que su grado de excitación ha disminuido lo saludaremos comedidamente (si nuestro saludo es muy efusivo, podemos provocar su sobreexcitación, algo nada recomendable) y seguiremos con una actividad normal por la casa.

  • Nunca regañar por los “destrozos” ocasionados durante la ausencia, esto sólo provocaría mayor ansiedad en el animal, ya que no relaciona lo que hizo hace horas con la alegría que siente por el regreso.

  • Comenzaremos una interacción con él cuando observemos que no está detrás nuestra por toda la casa y siempre por iniciativa del propietario, es una vía para que el perro no obtenga siempre “recompensa” tras el reclamo de atención.

Material y juegos mentales

Deberemos saber qué gustos tiene nuestro perro (muñecos, mordedores, huesos…) y tener disponible una batería de ellos que solo podrán usar, en cortos pedidos de tiempo, cuando estamos en casa y al dejarlo solo. También se emplea el uso del Kong, relleno de alguna sustancia suculenta con cierta dificultad para sacarlo (usaremos un Kong adaptado a su tamaño, ya que si para el perro le resulta imposible obtener el relleno se frustrará y perjudicaremos su conducta).

Como ejemplo de juegos mentales podéis consultar los siguientes enlaces:

Juega con tu perro

Juegos para pensar

El rastreo

¡El ejercicio mental y físico es prioritario como fuente de salud!, no descuides los juegos de olores, muy importantes y divertidos para ellos, por ejemplo puedes distribuir pequeñas recompensas por la casa que él tendrá que buscar.

© EtoHorus