Estrés canino

El estrés es una reacción fisiológica del organismo en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o de demanda incrementada.

Un animal sometido a estrés produce una respuesta inhibitoria que le incapacita para pensar con claridad, generando respuestas de miedo, angustia, ataque o huída.
El estrés NO solamente es provocado por exigencias aversivas, un desconocimiento de su lenguaje corporal y unas señales de calma mal interpretadas pueden desencadenarlo. Puede provocarlo una persona, otro animal, un manejo o entorno inadecuado… como es el caso de animales albergados en espacios reducidos y/o con escasa ejercitación muscular o mental.

El estrés positivo se produce cuando el animal tiene unos niveles de estrés controlables por él (respuestas biológicas: cortisol, serotonina, noradrenalina y dopamina), aquí participa significativamente la estimulación.

“Algunos individuos están genéticamente predispuestos a estar más calmados y emocionalmente equilibrados bajo la influencia de la regulación límbica y el tono parasimpático, mientras que otros presentan mayor sensibilidad y reacción a la estimulación miedo-paralización-huida, tienden a perseverar en estados emocionales negativos, están dominados por elaboraciones neuróticas y desequilibrio, y son propensos a desarrollar enfermedades psicosomáticas.” (Lindsay 2000).

Síntomas habituales de estrés: Falta de atención y concentración, comportamientos compulsivos (frecuentemente derivan en Toc), temblores, automutilación, trastornos del sistema inmune, trastornos cutáneos, alteraciones gastrointestinales, hiperactividad, sudoración de las almohadillas, sacudirse y estirarse de forma anómala, conductas de desplazamiento etc.

Desde EtoHorus trabajamos diagnosticando el origen del problema, para su posterior tratamiento. No tratamos solamente las consecuencias, ya que según nuestra experiencia, en la mayoría de los casos deriva en otros problemas comportamentales o cognitivos. De ahí la importancia de conocer lo mejor posible al animal a tratar y la colaboración familiar.

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